Frente a los 924 años de la Universidad de Bolonia, los menos de 30 años de nuestra universidad, parecen una insolencia; aún teniendo en cuenta que la media de las universidades argentinas no excede los 50 años.
Sin embargo, nos reconocemos más antiguos, porque nos sabemos herederos de una vocación que, en manos de la Iglesia, llegó a nuestras tierras americanas y se transformó en un instrumento de cultura y evangelización. Nos reconocemos herederos de una vocación intelectual casi milenaria que encuentra su originalidad en el regreso al origen y por tal motivo se actualiza en nuestra casa como el “‘gaudium de veritate’, (del que habla la Ex corde eclesiae) esto es, el gozo de buscar la verdad, de descubrirla y de comunicarla en todos los campos del conocimiento” movidos por la convicción de que sólo la verdad nos hará libres.
Desde que la Universidad inició su vida académica ha estado en permanente crecimiento. Comenzamos con dos facultades y 200 alumnos. Hoy, con siete unidades académicas y cerca de 8.000 estudiantes, la Universidad continúa buscando la fidelidad a la misma vocación que la gestó.
En este tiempo, la Universidad FASTA se ha transformado adaptándose a los cada vez más vertiginosos cambios y a las tendencias que modifican el escenario educativo superior, cuidando de transmitir siempre las verdades que no cambian en este mundo que cambia. Entre otros cambios se ha adaptado a las imposiciones de la era digital modificando e innovando en la docencia, cuidando de conservar la calidad y el espíritu propios de la educación superior, pero llevando la presencia de nuestra universidad a los lugares más recónditos de nuestra geografía e incluso del exterior.
