Uno de los muchos retos editoriales que aún tiene que superar la portada de un periódico digital es evitar que los usuarios más frecuentes choquen cada hora o dos horas, cada vez que acceden, con las mismas noticias, y los lectores menos frecuentes se pierdan las partes más importantes de una historia, porque las actualizaciones han enviado ya al fondo del armario el hecho principal o las noticias importantes.
Ni los intentos por personalizar la portada de los periódicos de hace una década, cuando algunos medios permitían que la portada se la creara el usuario en función de sus querencias informativas, ni los algoritmos de Facebook, han sido acertados.
Los primeros, porque al permitir una hiperpersonalización de la portada lo que recibía el lector ya no era un periódico, sino un conglomerado de noticias no jerarquizadas. Lo segundo, los algoritmos de las redes sociales, porque a fuerza de ofrecer sólo lo que los usuarios quieren o con lo que se sienten más cómodos, han creado las famosas burbujas de filtro, que tan bien definió Eli Pariser, impidiendo que los lectores tengan acceso a opiniones contrarias a la suya.
Uno de los periódicos que más está innovando en este aspecto de la portada es el Aftenposten, el periódico noruego de Schibsted, que ha desarrollado y continúa mejorando un algoritmo para discriminar a unos lectores de otros pero que, a diferencia de los algoritmos puros, éste está guiado editorialmente para que la portada siga siendo la portada de un periódico, con el valor añadido de la jerarquización y apuesta de un equipo de editores.
Según exponía en INMA el director de desarrollo del Aftenposten, Eirik H. Winsnes, “teníamos cuatro objetivos principales cuando comenzamos en este viaje”:
“Crear un producto más relevante y atractivo para nuestros usuarios”.
“Crear un producto que soporte mejor nuestro modelo comercial de suscriptores digitales”.
“Que nuestros usuarios estén expuestos a un mayor número de nuestras mejores y más importantes historias”.
“Lanzar un producto que nos permita acelerar el desarrollo de productos y crear funciones completamente nuevas y enriquecedoras”.
Un año después, “los resultados han sido impresionantes y los aprendizajes numerosos”:
“Creamos un producto más relevante y atractivo para nuestros usuarios, ilustrado por un aumento significativo en la tasa de clics desde la página principal“.
“Hemos creado un producto que respalda mejor nuestro modelo de negocio para suscriptores digitales, ilustrado por un aumento significativo en las tasas de conversión en nuestra nueva página principal, y creemos que esto es solo el comienzo”.
“Muchos de nuestros usuarios están expuestos a un número mayor de nuestras mejores historias, ya que la nueva página principal se basa principalmente en señales que reflejan nuestra prioridad editorial y el tiempo transcurrido desde su publicación”.
“El nuevo producto nos permite acelerar el desarrollo de productos y crear funciones completamente nuevas y enriquecedoras. Al combinar el juicio editorial, los metadatos relevantes y los algoritmos sofisticados, las oportunidades son casi infinitas”.
“Lo que es más importante – indica Winsnes. Hemos demostrado que es posible utilizar las grandes ventajas de la ciencia de datos, los algoritmos y el aprendizaje automático para ofrecer una experiencia de noticias más individual sin burbujas de filtro y cámaras de eco. Es nuestra responsabilidad como cabecera de confianza iluminar el debate público y crear las bases para una democracia que funcione mejor. Lo estamos haciendo combinando datos sofisticados y algoritmos con juicio editorial y ética”.
Además de todo lo anterior, “una página de inicio impulsada por datos nos permite centrarnos en mejorar la calidad de nuestras historias y distribuir nuestro contenido. Eliminar los flujos de trabajo heredados es un efecto secundario muy positivo”.