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La piel social: Eli Delbasto y el contenido de moda como herramienta para transformar la realidad

Por Camila Spoleti

La moda y las redes sociales, parecieran ser, para el imaginario social, cuestiones frívolas. Ámbitos dominados por las apariencias y, por tanto, carentes de sustancia. Entretenimientos fútiles. Las discusiones importantes están en otra parte.

“La moda provoca el reflejo crítico antes que el estudio objetivo, se la evoca para fustigarla, marcar distancias, deplorar la estupidez de los hombres y lo viciado de sus asuntos: la moda son siempre los demás.” escribe Gilles Lipovetsky en la introducción de “El imperio de lo efímero: la moda y su destino en las sociedades modernas”. Hoy, casi treinta años después, esta noción pareciera seguir dando vueltas entre nosotros, y pareciera ser aplicable también a la percepción que tenemos sobre las redes sociales.

En varias direcciones, la relación no es necesaria, pero sí posible. Las redes son espacios a través de los cuales nos expresamos, nos representamos, y nos vemos representados, o no. Con la moda ocurre algo parecido.

Esta nota no pretende ser un estudio objetivo, pero sí un espacio para intentar explorar algunos interrogantes. ¿Qué importancia tienen las superficies? ¿Cómo se relaciona lo que pasa en aquellos mundos de virtualidad e imaginación con la realidad más material y tangible? ¿Cómo se puede incidir en la realidad a través del discurso? ¿Cómo pueden combinarse moda y contenidos digitales para constituir una herramienta apta para emprender esa búsqueda?

Seguramente las respuestas a estas preguntas podrían rastrearse en muchos sitios, pero en Linkeados nos interesa la posibilidad de encontrarlas en nuestra ciudad. Por este motivo, entrevistamos a Elisabet Delbasto (@elidelbasto en Instagram), bloggera de moda por la diversidad corporal, y marplatense.

Eli empezó a crear contenido para redes sociales en 2018, un año, sin lugar a dudas, muy movilizado en cuanto a temas de género en nuestro país. El feminismo estaba en el centro de la escena, y parecía no haber rincones de lo cotidiano que las preguntas que las mujeres nos hacíamos no pudieran alcanzar. Los ideales de belleza estuvieron entre estos conceptos puestos en crisis. En ese momento, Eli se encontraba desempeñándose como preceptora en un colegio secundario, experiencia que sería clave para el desarrollo de su mirada sobre el impacto que tienen en el autoestima las dificultades a la hora de vestirnos.

“Se discutía mucho sobre el feminismo adentro de la escuela, y ahí empecé a entender esta cuestión de los estereotipos de belleza, cómo impactaban, sobre todo en las juventudes. Y justo tenía cuarto año, que estaban los quince, y a muchas pibas les pasaba que no encontraban ropa. Y es un año… como que de tercero a cuarto suceden muchos trastornos alimenticios. Es como, un quiebre hay ahí, justamente por esto del pertenecer, de la cuestión del despertar la sexualidad y demás”

Su experiencia como madre de su primera hija, constituyó otro factor importante a la hora de pensar en esos temas: “como mamá a mí también me empezó a interpelar mucho más las cuestiones sobre los derechos y la equidad de las mujeres, y sobre todo sobre la opresión de los estándares de belleza”; como así también su formación como terapista ocupacional, que le había otorgado herramientas para entender la importancia de la autopercepción.

Ocurrió entonces en ella, con la conjunción de todos estos elementos, una especie de revelación: “Yo descubrí los estereotipos de belleza y dije ¡Nos engañaron! ¡Se lo voy a contar a todo el mundo!”. Con esta idea, lanzó vía Instagram su primera propuesta: el #DesafíoProbador, una serie de publicaciones en las que mostraba looks creados con prendas de locales de Mar del Plata que contaban con curva de talles amplia, y comentaba aspectos vinculados a la calidad de atención y la accesibilidad de los probadores.

Primer desafío probador >“Ir de compras y tener una buena experiencia es un mimo a la autoestima”

La premisa, repite a lo largo de la entrevista, era la de llevar adelante un servicio a la comunidad:

“Yo dije, yo le voy a ahorrar a las minas frustración y tiempo. Voy a mostrar dónde están esas prendas que estamos todas buscando, porque todo el mundo quiere pertenecer, al fin y al cabo; y la construcción de la imagen personal, la moda, la vestimenta, la experiencia del vestir, pensada como esta piel social que te permite vincularte, no es una boludez tampoco. Entonces esto: permitir y ayudar a encontrar. Primero que te ahorrás tiempo. Yo siempre decía esto ¿no?, ‘ahora las mujeres van a tener tiempo para estudiar algo más… porque no se van a estar dedicando a recorrerse todos los shoppings…’ ”

El Desafío Probador tenía la particularidad de ser “cero costo”. Una amiga le había comentado que en Europa se usaba crear contenido mostrando la ropa desde las tiendas, sin comprarlas, y esta pareció ser la solución adecuada para sortear los obstáculos económicos que aparecían en el proyecto de comunicar moda.

Sin embargo, lo que sí requería, era tiempo. Para contentar a los algoritmos, Eli realizaba treinta publicaciones al mes, una por día.

“Me organizaba, una tarde, y en tres horas me probaba siete looks, iba a dos o tres marcas, y después ya tenía contenido para toda la semana.”

Con el paso del tiempo, su contenido fue mutando en función de distintas variables: tendencias, adquisición de nuevos recursos, limitaciones de la vida cotidiana, renovación de ideas. Hizo sesiones de fotos, hizo placas de texto, incorporó formatos de video, se expandió a otras plataformas (TikTok, Pinterest, Threads), escribió un newsletter por un tiempo e incluso generó una colección propia de ropa. Comenzó a llegar cada vez a más personas —especialmente a mujeres, hoy más del 90% de su audiencia es femenina— y este crecimiento le permitió empezar a trabajar también con marcas.

Esto no implica que sea sencillo. Por una parte, las marcas “plus size” no son tantas. Por otro lado, los prejuicios aún siguen muy arraigados, y la idea de que las personas gordas no tienen interés en su imagen personal, hace que sea poco frecuente que marcas que no sean “plus size” le propongan trabajar en conjunto. A su vez, es evidente que esta escasez de personas gordas en las publicidades produce que se sigan perpetuando estos imaginarios.

Mirá: https://www.tiktok.com/@elidelbastook/video/7352202788404841733

La parte de la remuneración también es compleja por la falta de reglas claras. Pagos que se realizan en productos o en dinero según conviene, pagos de los que se pide reembolso porque el trabajo por el cual se realizó “no dio los resultados (ventas) esperados”, pagos que no alcanzan para recuperar lo invertido. “Hay todo un mundo para regular ahí.”

Así y todo, dentro de su trayectoria aparecen anécdotas muy positivas. En 2020, por ejemplo, colaboró con Las Titas, una marca de bikinis marplatense, para el lanzamiento de una colección cápsula. En este proyecto, la labor de Eli consistió no sólo en trabajar como modelo para la comunicación de la cápsula una vez esta estuvo lista, sino también como modelo para las pruebas de calce. Esto, explica, es fundamental para la elaboración de la moldería, ya que hacer talles grandes no consiste únicamente en aumentar el tamaño de las prendas, sino que es importante tener en cuenta las formas de los cuerpos para asegurar que los productos sean verdaderamente funcionales.

A partir de esta colección, la marca incorporó dos talles más a su curva, que antes terminaba en uno menor al suyo. De este modo, un trabajo que comenzó desde lo discursivo logró también ir dejando huellas en espacios más concretos.

Sin embargo, nada de lo conseguido puede darse por hecho. “Por ahí, el tipo de discurso que yo tengo, es un discurso que era el futuro, era hacia donde íbamos, y ahora es un pasado incierto” dice. “La gente más que plástica es elástica. O sea, la plasticidad no la tiene todo el mundo. La gente en general tiende a ser elástica, se tensiona, se estira y vuelve al mismo lugar.” Su respuesta es la persistencia y la creatividad; piensa en nuevos modos para configurar mensajes, para seguir garantizando su llegada. La nuestra, por el momento, es seguir bosquejando preguntas.

* Este artículo es parte de la edición de MAYO 2024 del newsletter LINKEADOS de la Facultad de Periodismo y Comunicación de la Universidad FASTA *

Linkeados, newsletter mensual de la FPyC UFASTA | Abril 2024 – Año 3 – Número N° 12

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