Por Lic. Marta Villar – Profesora de la Facultad de Periodismo y Comunicación UFASTA
Me pidieron que reflexionara sobre el día del periodista en un tiempo en el que muchos pero muchos periodistas del mundo se quedan sin su empleo tradicional, están entre los que menos ganan y, paradójicamente, son considerados esenciales por la emergencia sanitaria mundial. Si bien quería ser periodista “a secas” cuando dejé el secundario, mi opción fue por la Comunicación Social. Ya hace 20 años todos te avisaban que sería difícil la inserción laboral con remuneraciones bajas y ese pronóstico no falló.
Sin embargo, ser comunicador es una vocación que puede ser sustentable aunque los entornos sean turbulentos y aparezcan tecnologías disruptivas que transformen los escenarios tradicionales. Hace un tiempo que el pesimismo invade aquella mirada romántica con la decidí seguir este camino. El mundo cambió tanto, yo cambié tanto. Pero estudio y estudio el tema y mi conclusión es la misma: la clave es la actualización constante, la apertura a nuevas posibilidades, la búsqueda de la relevancia y la contribución con valor a la sociedad. Los puestos de trabajo se vencen, se pierden y hay que adaptarse, reconvertirse para seguir contando historias. Hay un mundo de oportunidades que requieren que el valor que genera un comunicador se cotice y el aporte pueda ser desarrollado con la dignidad que debe tener un trabajador creativo que produce sentido, conmueve, revela, selecciona, verifica y, sobre todo, sirve a la comunidad.
En este sentido, los exhorto y me exhorto a renovar la esperanza reflexionando sobre la propuesta que nos hizo el Papa Francisco en su mensaje para la última jornada mundial de las comunicaciones sociales: “Quiero dedicar el mensaje de este año al tema de la narración, porque creo que para no perdernos necesitamos respirar la verdad de las buenas historias: historias que construyan, no que destruyan; historias que ayuden a reencontrar las raíces y la fuerza para avanzar juntos. En medio de la confusión de las voces y de los mensajes que nos rodean, necesitamos una narración humana, que nos hable de nosotros y de la belleza que poseemos. Una narración que sepa mirar al mundo y a los acontecimientos con ternura; que cuente que somos parte de un tejido vivo; que revele el entretejido de los hilos con los que estamos unidos unos con otros”.
Sobre la autora: Marta Villar es Licenciada en Comunicación Social con diplomatura en Media Management. Docente universitaria y productora. Trabajó en medios como Telefé Mar del Plata, Radio Brisas, Diario La Capital, Radio 10 de Buenos Aires, Crónica TV, FyMTI, TDA y Medios Públicos de la Nación entre otros.