Lic. Clara Scarafía
Conocemos que hay una etapa de la infancia en la que los pequeños acechan a los adultos con sus dudas y cuestionamientos. A veces llegan a ser persistentes y un poco intrépidos y los “¿Por qué..?” se suceden unos tras otros. Otras veces aparecen en los momentos menos esperados, ante situaciones cotidianas, ante hechos “corrientes” pero que les despiertan la curiosidad.
Lamentablemente, a veces con los años podemos perder ese interés por indagar en las causas, “los porqués” de la realidad que nos rodea. A veces nos “acostumbramos” a abrir los ojos cada mañana y nos dejamos de sorprender por la belleza de un árbol, una pequeña flor, un paisaje, un vasto mar, una imponente montaña.
A veces no tomamos conciencia de la grandeza que encierra cada persona humana y lo que implica el don de la libertad como regalo y como responsabilidad. Las posibilidades de desplegarse de cada persona son amplísimas, su riqueza interior (física y espiritual), su lugar único en el mundo… Éstas realidades no nos pueden ser indiferentes.
En la Diplomatura en Antropología Cristiana y Diplomatura Universitaria en Formación Religiosa queremos ayudarte a repensar en los “porqués” de la vida. Acompañarte en tu formación para encontrar respuestas a las preguntas sobre la vida, el dolor, Dios, el obrar humano…
Con los años crece nuestro cuerpo, adquirimos conocimientos, desarrollamos habilidades, ejercitamos virtudes… y nuestra fe también tiene que crecer, madurar. Hay que animarse a profundizar en los misterios de nuestra fe.
Algunos interrogantes que te invito a pensar: ¿Por qué Dios no creó un mundo tan perfecto que en él no pudiera existir ningún mal?. ¿Por qué Dios permite las enfermedades? ¿Tiene nuestra libertad algún límite? ¿Cuál es la relación adecuada entre la religión y la política, entre la Iglesia y el Estado? ¿Es necesaria la Iglesia para la salvarse? ¿Puede fabricarse algún día un “robot persona”? Jesús siendo Dios, ¿tuvo necesidad de aprender a leer y escribir? ¿Los ángeles son superiores a las personas?
Seguramente hay muchas preguntas en tu interior sobre las que te gustaría profundizar, quizás otros interrogantes vayan surgiendo en el camino. También es posible que la diplomatura sea un espacio para ejercitarte en mirar la realidad con mayor intrepidez. La Filosofía y la Teología nos ayudarán, como caminos certeros, a encontrar esas respuestas que anhelamos.
No nos preocupemos si se nos hace crónica la edad de los “¿por qué?”. Al contrario, es un don que nos ayuda a descubrir el sentido de la vida y de nuestra vida.