Recientemente, en reconocimiento a su destacada trayectoria como docente universitario y su contribución al campo de la Seguridad e Higiene en el Trabajo y la Ingeniería, la Universidad FASTA ha otorgado el título de Profesor Emérito al Ing. Carlos Nisembaum. Este reconocimiento se llevó a cabo en base a la postulación realizada por el Esp. Ing. Roberto Giordano Lerena, Decano de la Facultad de Ingeniería.
Nisembaum comenzó su carrera como ayudante alumno en 1974 en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata y luego se desempeñó en la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad Tecnológica Nacional. En el 2002 ingresó a la Facultad de Ingeniería de FASTA para, posteriormente, incorporarse a otras unidades académicas.
El mayor desafío como profesional fue adquirir experiencia, sobre todo en el campo de la Seguridad e Higiene. Como docente, que es mi gran vocación, quizás el mayor fue incorporar las tecnologías informáticas de comunicación en la época que comenzaba la virtualidad.
Me desempeñé durante varios años en distintos cargos en el Colegio de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires, ahí pude contribuir a la formación de colegas en distintas temáticas y al aporte para el desempeño profesional de los ingenieros. También participé en la difusión del estudio de la Ingeniería para estudiantes del último año de la secundaria. Soy un difusor entusiasta de la Ética en el desempeño profesional.
Es un gran orgullo para mí, mi familia y amigos. Desde que volvimos a vivir a Mar del Plata, desde Córdoba en 1992, con FASTA tenemos un cariñoso recuerdo, comenzando con nuestro hijo Christian que egresó de la secundaria en San Vicente de Paul. Nuestra hija Verónica se recibió de Ingeniera en Informática en esta universidad y mi esposa Gloria Linares Martín, también Ingeniera, se desempeñó durante 16 años en la carrera de Ingeniería Ambiental. El reconocimiento es estar orgulloso de haber sido un grano de arena en la vida de la Universidad FASTA, tratando de devolver a la sociedad lo que, en la vida, tanto Dios me dio.
Preparando y preparándonos para el futuro, que ya está entre nosotros, con el avance que estamos viviendo y que nos enfrenta a permanentes desafíos, tanto a docentes, como a alumnos.
En mi vida personal siempre agradezco a Dios, el haberme permitido ser instrumento en la educación y formación de tantos alumnos que pasaron por mi vida y que hoy son excelentes profesionales. Realmente no esperaba esta distinción.
Quiero agradecer finalmente a todas las personas que han pasado por todos estos años maravillosos que he transitado y que no menciono para no olvidarme de ninguno: autoridades, docentes, alumnos y esecialmente un afecto para un gran amigo y colega, que el día del reconocimiento mi hizo llorar, el Ingeniero Roberto Giordano.
Carlos Nisembaum, Higiene y Seguridad, ingeniería, Profesor emérito