Propuesto por la Facultad de Ingeniería de la Universidad FASTA, el Dr. Jorge Marcovecchio recibió el título de Profesor Emérito por sus contribuciones al campor profesional y a la docencia universitaria durante más de 40 años, desempeñándose en diversas universidades y ocupando cargos de jefe de trabajos prácticos, profesor asociado y titular.
Marcovecchio comenzó a dar clases universitarias mientras aún era estudiante en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Mar del Plata, donde trabajó como ayudante alumno. «En 1997 me incorporé a UFASTA y en el 2000 empecé a dar clases en la Facultad de Ingeniería. Después de un par de años pasé a ser profesor titular y mantuve esa categoría hasta el año pasado que fue mi último año como docente», destaca.
Empecé a hacer docencia universitaria cuando era estudiante todavía. Desde ese momento hasta la actualidad, la sociedad, la situación del país ha cambiado mucho y, por lo tanto, la condición y la realidad de nuestros jóvenes también. Hoy la relación docente-alumno es distinta, es mucho más abierta, los alumnos hacen planteos y exigencias mucho más concretos y mucho más serias que antes. La verdad, los estudiantes no nos animábamos a ser, así que realmente creo que ha evolucionado mucho. También ha habido, a mi criterio, una especie de involución en el sentido que antes, para mi gusto, los estudiantes mostraban una pasión mucho más fuerte que la que muestran hoy y en realidad eso probablemente esté ligado a que hoy están en muchas más actividades de las que tenían antes, antes eran estudiantes y nada más y ahora tienen un montón de cosas encima entre las cuales incluye su estudio.
Me lo comunicó el decano de la facultad después de una reunión con el Consejo Académico cuando lo aprobaron. Y es un mimo al alma. Porque una cosa es cuando vos ganás un concurso, un premio, una distinción o lo que sea, porque te propusiste para eso. Y otra cosa es que tus pares decidan distinguirte. Me generó una alegría y un orgullo enorme.
No me gustaría que disminuyera la exigencia para dejar más contentos a los alumnos, por ejemplo. Me parece que eso sería una traición al sistema que debe ser necesariamente exigente. Estamos en la Facultad de Ingeniería y nuestro objetivo tiene que ser que los graduados sean los mejores profesionales y personas.
Mi profesión me ha brindado momentos que atesoro y momentos que lamento mucho. He viajado por muchísimos lugares como si fuera un tipo de mucha plata, andando siempre con los bolsillos vacíos. Tengo amigos y muy conocidos en muchos países. Tengo una relación muy afectuosa con mucha gente, muchos alumnos que han pasado por los cursos que di, de los cuales a veces por ahí no me acuerdo los nombres, pero veo las caras y sé que fueron alumnos míos. Pero también me ha quitado a veces tiempo para hacer cosas que me hubieran dado más placer, me hubiera gustado poder viajar más con mi familia y con mis hijos.
Soy un agradecido a mi profesión porque toda la vida pude tener una buena vida, valga el comentario casi circular, haciendo lo que a mí me gusta.
Ingeniería Ambiental, Jorge Marcovecchio, Profesor emérito