El Observatorio de la Ciudad de la Universidad FASTA realizó una nueva investigación indagando, frente a la percepción de la población respecto de un incremento generalizado y sostenido de precios en la economía, cuáles son las estrategias que se emplean para que la inflación resulte lo menos perjudicial posible.
Para este sondeo se trabajó con una población de personas mayores de 18 años que viven en Mar del Plata. La muestra quedó constituida por 358 personas mayoritariamente de sexo femenino, comprendidas entre los 25 y 60 años y con nivel de educación medio. La mayoría de los encuestados reconoce que en la economía hay un proceso inflacionario.
Una de las preguntas de la investigación se dirigió a consultar si, en el término de los últimos dos meses, cuando se realiza una compra, el encuestado considera que con la misma cantidad de dinero compra más, igual o menos que antes. Como resultado el 82% respondió que en los últimos meses, con la misma cantidad de dinero adquiere menor cantidad de bienes y/o servicios. Como fundamento, el 90% alude a que compra menos debido al aumento de precios, a la inflación.
Estrategias orientadas a disminuir el efecto de la inflación
¿Cómo se protege como consumidor frente a esta situación en la que el incremento de precios altera el poder de compra de las personas? En este punto se destaca que el 73% responde hacerlo mediante el uso de la tarjeta de crédito; luego, expresan que buscan el mejor precio y para ello caminan y comparan; aprovechan descuentos y usan cupones. Además, manifiestan haber cambiado hábitos de consumo.
También en relación a las ocasiones en que usa tarjeta de crédito el hábito de su uso varía según el tiempo, logrando una distribución equilibrada entre aquellos que lo hacen regularmente durante todo el mes, cuando no tienen efectivo, o para aprovechar los descuentos. En todos los casos, el porcentaje de uso aumenta en los casos en los que no se aplica interés para el financiamiento.
Los cambios en los hábitos de compra se relacionan con las modificaciones en el patrón de gasto y se vinculan a cambios en las marcas, en las cantidades y también en los productos. Incluso, los hábitos de gasto se modifican en relación a las posibilidades de descuentos según los días y rubros, ejemplo significativo de esto es que el 61% de los encuestados dice respetar el día de descuento en supermercados, también en ropa, naftas, entretenimientos, y otros rubros.
Vale destacar que según los datos obtenidos en la muestra, la educación pareciera constituir el área en la que menos cambios se producen, afectando en un 30.6%. Mientras que el consumo de alimentos lo hace en un 58%, la indumentaria en un 55% y el turismo en un 57%.
Para lograr una mayor precisión en los cambios de comportamiento, se solicitó que mencionaran, qué hacía antes y ha dejado de hacer por motivos económicos: las mayores reducciones se dan en viajes, salidas a comer afuera, entretenimientos y ropa.
Diferencias según edad y sexo
Según los datos obtenidos en la muestra, los varones reconocen haber modificado más ciertos hábitos de consumo que las mujeres; es importante destacar que no se afirma que hayan cambiado más, solamente se afirma que tienen una mayor percepción respecto al cambio. Se puede observar que los varones dicen utilizar en mayor medida que las mujeres “otras” estrategias (distintas al uso de la tarjeta de crédito) para protegerse de la inflación.
Hay diferencia al comparar el comportamiento según sexo en relación al aprovechamiento de los días de descuento: en supermercados y en ropa la diferencia es significativa –las mujeres compran los días en que hay descuento más que los varones– y, en el caso de las naftas, la mayor atención en este rubro se concentra en los varones. Del análisis de los datos resulta que las mujeres parecen sentir más los cambios que los varones en aspectos vinculados a educación, indumentaria y turismo.