Sin Dejar de Soñar
Después de intentar de una u otra forma lograr mi título universitario, decliné a la idea de algún día poder ser profesional graduado, una decisión dura de aceptar, sabiendo que toda mi vida fui un amante del turismo. Pasaron años sin tocar un libro hasta que un buen día, se apareció como por arte de magia, esa posibilidad que tanto esperaba, la modalidad virtual de FASTA.
¿Qué si era algo nuevo? Para nada, conocía muy bien el tema, porque me toco cursar modalidad virtual para poder terminar la Licenciatura en otra universidad, pero fue más fuerte que yo, la concepción de la nueva forma de enseñanza, me superaba, a lo mejor, en ese momento, no estaba preparado para semejante reto y terminé por declinar.
Pasaron varios años antes de afrontar nuevamente el desafío, ya un poco más maduro, con más energías, pero con poco tiempo para dedicarme de lleno a la carrera, debido a que con el tiempo llegan más responsabilidades, me animé y comencé.
Con un grupo de excelentes docentes, comencé a dar los primeros pasos en la carrera, debo confesar que me costó adaptarme a los tiempos, es difícil cuando uno trabaja día completo, a veces la falta de costumbre hace que uno descuide el estudio y se acumulen temas… algo que me pasaba seguido.
“No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”, cuanta verdad tiene ese dicho, a veces me llevaba a escondidas las copias a mi trabajo, y en el tiempo libre que tenía, me ponía a leerlas. Avanzaba de a poco, vinieron mis primeras materias regularizadas, y mis primeros exámenes finales, cargados de nervios, rendí y complete el ciclo de las primeras materias, comprendí que a pesar de no tener un profe en frente, uno aprende, el sistema garantiza un aprendizaje a conciencia.
De apoco, conocí a mis compañeros, uno a veces piensa que en la modalidad virtual no va a interactuar con nadie, y al contrario, eso es lo bueno de estos tiempos que corren, toda la tecnología esta puesta para que sin darte cuenta interactúes con los demás estudiantes, supe cosechar buenos amigos, amigos que hoy también están a un pie de lograr el sueño.
El camino no es fácil, a veces flaquee, desaprobé varios exámenes finales, quede libre en algunas materias, algo normal, que a veces me asustaba porque no sabía cómo seguir, pero terminé comprendiendo que es una carrera normal, en donde a veces tenés tropezones a los que hay que aprender a sortear, en mi caso las materias que tenía como libre, en el momento de recursarlas, les dediqué más tiempo para que no me vuelva a pasar, como todo en esta vida es constancia y dedicación, no hay que aflojar.
Supe sacarle el jugo a esos grandes maestros, gente con mucha calidad humana, que nos acompañaron en todo momento, gente comprometida con nuestro futuro, a ellos un eterno gracias, me llevo lo mejor de cada uno “sus conocimientos y sus virtudes”, su pasión por el turismo, su constancia y sobre todo su capacidad de comprensión, porque aunque son tiempos nuevos, a veces ocurren problemas que son ajenos al ciber-espacio.
Casi sin pensarlo, llegue a la etapa final, el tiempo pasa rápido, puedo resumir mis experiencias en pocas palabras, las palabras claves que me llevaron a esta etapa:
Sacrificio: Sin sacrificio no hay recompensas, si no uno no da de sí para lograr la meta, no esperen a que las metas se alcancen por si solas. Es difícil, pero cuando llegas este punto te das cuenta que todo valió la pena.
Perseverancia: A pesar de los bajones que uno pueda llegar a tener, no hay que bajar los brazos, en el sistema virtual estás propenso a tirar la toalla por cualquier cosa. Es mentalizarse de que si se puede.
Dedicación: Planificar días para la facultad, las horas de lectura van a ser necesarias, una correcta planificación de los tiempos va a resultar muy útil, en lo particular, tenía mis clases siempre a mano para no desperdiciar ningún momento, mi tiempo de facultad por lo general fue de noche.
Estudio: No soy un amante del estudio, por lo tanto es lo que más me costó, sentarme a estudiar para los exámenes finales, la parte crucial de este trayecto, si tenés todo fresco te va a resultar más fácil, por lo general a medida que regularizaba rendía los finales, no dejaba pasar mucho tiempo, porque sino es un doble trabajo.
Pienso y me digo a mi mismo, “alguna vez dejaste de soñar, pero el tiempo te jugó una mala pasada, sin pensarlo llegaste a la meta, hoy vale la pena soñar por lo que uno quiere, por lo que uno aspira, no hay tiempos, el tiempo es de uno”, no paro de dar las gracias, a mis compañeros que me acompañaron en estos dos años de ciclo complementario, a mis queridos profes, a los coordinadores y a la Facultad que nos acobijó, particularmente me sentí parte de la familia FASTA, a todos ¡muchas gracias!