Con un multitudinario auditorio, se realizó ayer la presentación de la nueva encíclica del papa Francisco Laudato si’, sobre el «cuidado de la casa común».
La actividad fue organizada por el obispado de Mar del Plata, la Universidad FASTA y el CEDIER, donde se desarrolló. Jóvenes, adultos, ancianos, profesionales, amas de casa, agentes de distintas pastorales, sacerdotes, y hasta algunos niños, se hicieron presentes en la presentación que consistió en un panel interdisciplinario que fue brindando una mirada sobre esta desafiante encíclica en la que el Santo Padre «llama a cultivar y custodiar con responsabilidad la creación, con especial atención a los más pobres, que son los que más sufren las consecuencias de los daños ambientales».
El panel estuvo conformado por monseñor doctor Antonio Marino, obispo de Mar del Plata; la doctora Emilia Bocanegra por la Universidad Nacional de Mar del Plata, la doctora Silvia de Marco de la facultad de ingeniería de FASTA junto al ingeniero Mariano Collazo, el licenciado Jorge Razul por la facultad de medicina, también de la Universidad FASTA, y el presbítero doctor Luis Albóniga por el CEDIER y la UCA.
«El núcleo principal de la encíclica es la ecología integral. Dominar la tierra no es lo mismo que apoderarse de ella de manera despótica, sino comportarse como quien ha recibido de Dios un encargo y una responsabilidad», dijo monseñor Marino en su exposición. «Al romperse el equilibrio del hombre y la naturaleza se crean desigualdades y también daño y muerte. Todo el desequilibrio se vincula con el desequilibrio que anida en el corazón del hombre. Ese mismo hombre que domina la naturaleza de manera tan admirable no es capaz de gobernarse a sí mismo y administrar bien su casa», manifestó el obispo.
«A quienes se dirige el papa, por supuesto que a todos los fieles católicos pero se propone especialmente entrar en diálogo con todos, sobre nuestra casa común. El diálogo aparece en todo el texto, pero en el capítulo cinco se habla especialmente, como el instrumento para afrontar y resolver los problemas», destacó el pastor de la Iglesia Católica de Mar del Plata.
Emilia Bocanegra, retomó los problemas que enumera el papa en la encíclica; y señaló «respecto a a la cuestión del agua, le da mucha importancia a la escasez y también a la contaminación, la mayoría de las personas que viven en lugares alejados tiene que tomar el agua como esté porque no pueden acceder a comprar agua embotella, aún contaminada la tienen que tomar igual, ¡fijense que situación de injusticia e inequidad! Y esto también pasa aquí en Mar del Plata».
Silvia di Marco diferenció el concepto de ecología de ecologismo «Ecología es una ciencia, una forma del estudio de nuestra casa común, como dice el Santo Padre. La diferencia con el ecologismo, es que éste es una escuela de pensamiento, el conjunto de actitudes o acciones que se suponen beneficiosas para el medio ambiente. A veces ha habido acciones al extremo y tan carentes de sustento científico, por eso bregamos por una acción coherente con el pensamiento».
«No podemos dejar de lado la definición de bien común, que implica el participar, dejar el beneficio individual por el de todos. Pensar globalmente y actuar localmente, porque cada uno es capaz de aportar su granito de arena. Por eso proponemos la participación ciudadana como motor de cambio, el llamado a la toma de consciencia es diario», consideró la doctora di Marco.
Y puntualizó, «se debe cambiar el paradigma para salir de esta crisis socioambiental vigente. Debemos pasar de la cultura actual del egocentrismo y a la del ecocentrismo. Cambiar la educación, sobre todo en valores, que son los que se aprenden en la familia».
«Tenemos que pensar en un cambio de los procesos que las grandes corporaciones llevan adelante para abastecer a la población, no significa que se debe dejar de producir. Debemos trabajar en conjunto, y tener en cuenta al medioambiente, y no sólo lo económico. Es necesario cambiar si queremos que nuestra casa común nos siga dando lo que nos dio hasta ahora», manifestó el ingeniero ambienta Mariano Collazo.
El licenciado Jorge Razul, destacó que Laudato Si’ «es una hermosa encíclica social, que marca la importancia del cuidado del medio ambiente a nivel internacional, nacional y local. Pone así de manifiesto el aporte de cada persona en el bien común, bajando a dimensiones concretas y sencillas, que son cotidianas a cada uno».
«El problema ecológico tiene un adversario, en el egoísmo de cada persona afectada por el consumismo, el poder del tener. El papa Francisco hace una clara referencia en plasmar los valores en virtudes. Sin generosidad, sin deseo de compartir, sin justicia social el cambio de paradigma no se va a lograr».
Finalmente, el presbítero Luis Albóniga, presidente del CEDIER, agradeció a los panelistas las «pistas» que dieron para poder leer y profundizar el documento. «Una ecología integral es conversión. De nada sirve todo lo que escuchamos hoy, si no tenemos una mirada nueva, al tirar la basura, al abrir la canilla, al mirar aquel que comparte la vida con nosotros, al contemplar al hijo, al nieto y pensar en para quién tenemos que cuidar la casa común. Hagámonos responsables de la casa común, haciéndonos responsables del otro», expresó Albóniga.
Luego remarcó, «esto de la conversión lo aprendí cuando volví de Europa, -donde estuve un tiempo estudiando-, y comencé a visitar el basural, un lugar que no conocía, es como ir a otro planeta. Allí centenares de personas hacen reciclado de basura a cielo abierto y también rescatan lo que se puede comer; algo muy impresionante muy duro. Un día llevamos la cruz de los jóvenes que bendijo Francisco y le primero se reían un poco de nosotros, pero después uno de los del grupo les preguntó si quisieran pedirle algo, y uno serio, respondió ‘yo pediría una vida nueva’. Eso es la conversión; buscar ese principio de vida nueva para nosotros, para los que amamos y para todos los que habitamos esta casa común. Solos no podemos, pero si reconocemos el dinamismo del amor de Dios en el mundo, vamos a poder responder a este desafío», concluyó el sacerdote.
*Comunicado de prensa Obispado de Mar del Plata