La graduada de la Carrera de Contador Público Daniela Nivollet, recibió la medalla de oro de la Universidad por sus méritos académicos. En este sentido, fue quien, en representación de los graduados realizó el discurso del acto colación del año 2015.
«Hoy nos toca dar cierre a esta etapa de formación que hemos transitado. En cada uno de nosotros vive un gran agradecimiento a cada una de las personas que ha hecho posible que el sueño de finalizar una carrera universitaria sea hoy una verdadera realidad. Pero más allá de que este sea un momento de agradecimiento profundo y eterno a todos ellos que han hecho nuestro camino más ameno, es también un tiempo para recapitular y repensar algunos aspectos que nos atañen como nuevos profesionales. En este sentido, es preciso analizar tres puntos fundamentales:
- El primer punto a tener en cuenta es el mundo en que nos tocó ser graduados. Nos ha tocado graduarnos en este mundo globalizado con grandes avances tecnológicos que han acortado las distancias y democratizado el acceso a la información. Pero también nos ha tocado graduarnos en un mundo donde prima el materialismo y la superficialidad. Un mundo donde prevalece el individualismo, la indiferencia y el relativismo haciendo que la estética sustituya a la ética. Hoy todo parece descartable. Como decía uno de tantos textos que hemos compartido en las materias que como graduados de esta universidad: “impera lo débil, lo light, no hay compromisos profundos, el nihilismo es una constante”. Nos tocó recibirnos en un mundo que se olvidó de que los objetos fueron hechos para ser usados y las personas fueron hechas para ser amadas. El mundo está mal porque se aman los objetos y se usan las personas. Pero gracias a Dios no todo es tan malo: hemos elegido graduarnos en una Universidad que le apostó a la formación integral, haciendo un gran aporte tanto para nosotros, como para todo lo que nos espera cruzando el umbral de la puerta.
- Es aquí donde se hace presente el segundo punto: el ser conscientes de con qué herramientas contamos como profesionales. Aristóteles decía que educar la mente sin educar el corazón, no es educar en absoluto. Y en esto la Universidad FASTA ha sabido ocuparse de nuestro crecimiento como profesionales pero también como personas. Hemos tenido grandes docentes que han promovido nuestras vocaciones y nos han transformado. Hemos tenido el apoyo de todos los equipos que hay detrás del proceso formativo, siempre dispuestos a colaborar. Maravilla es el deseo de conocimiento decía Santo Tomás, mucho más cuando se le apuesta a seguir aprendiendo en el tiempo que nos toca vivir. Pero todo es más maravilloso cuando hay gente que nos sirve de soporte para hacer este tránsito más ameno. Y ahora, que hemos demostrado nuestras capacidades como alumnos, hoy graduados, nos toca la tarea de llevar a los demás lo que hemos comprendido: la verdad a través de nuestros propios trabajos.
- Y aquí es donde yace el tercer y último punto: qué podemos aportar nosotros al mundo. Sin dudas tenemos muchas herramientas para cambiar las cosas. El mundo es mucho más maleable de lo que parece, cabe en cada uno de nosotros asumir el desafío. Cabe en cada uno de nosotros sentarse a pensar cómo queremos vivir para buscar ordenadamente el bien, para predicar con el ejemplo a través de nuestras profesiones. Einstein decía que uno no debe intentar convertirse en un hombre de éxito, sino en un hombre de valor. Tengamos siempre presente nuestros conocimientos pero también los valores que hemos aprendido en este pasaje por la universidad. Que el mundo no nos corrompa, no seamos meros espectadores, seamos agentes de cambio. La diferencia entre lo que hacemos y lo que podemos hacer bastaría para solucionar muchos de los problemas del mundo. Tenemos las herramientas. Tenemos los valores. Tenemos el futuro por delante: esta es nuestra oportunidad de hacer, desde nuestro lugar como profesionales, un mundo mejor. Tengamos memoria selectiva para recordar cada uno de los buenos momentos que hemos pasado como estudiantes y lo mucho que hemos aprendido para ser hoy graduados. Tengamos prudencia lógica para actuar en el presente y, fundamentalmente, tengamos un optimismo desafiante para encarar el futuro.
Nos esperan tiempos desafiantes, pero no por eso imposibles. El mismo Papa Francisco nos ha invitado a ser los primeros en tratar de hacer el bien, de no habituarnos al mal, sino a vencerlo. Así que aquí estamos graduados: crucemos el umbral de esa puerta para demostrar lo mucho de lo que somos capaces y asumamos el compromiso.
¡Gracias familias! ¡Gracias amigos! ¡Gracias Universidad FASTA!»