Por Victoria Sanchez Peña
Licenciada en Relaciones Públicas e Institucionales
Estamos dejando atrás el marketing tal y como lo conocíamos, aquel que denominamos como tradicional y que se centra en las características del producto, el packaging, el precio diferencial y la distribución. Hoy, vamos un paso más allá y buscamos que ése producto o servicio que ofrecemos despierte algún tipo de emoción o sentimiento en el cliente o usuario.
Podemos preguntarnos entonces: si no hay experiencia detrás de nuestras acciones y comunicaciones, ¿estamos realmente haciendo marketing? Creo que la respuesta es no.
Cuando hablamos de emociones o sentimientos hacemos referencia a esa promesa de valor que generamos y que supera una simple propuesta comercial. Es entonces, donde buscamos activar todos los sentidos de quienes leen, ven o sienten nuestro mensaje.
Pero antes, debemos entender que el usuario hoy ha cambiado. Las personas tienen aplicaciones para todo y son multipantalla, mientras miran una serie en Netflix, pueden estar al mismo tiempo revisando sus redes sociales, correos y mientras lo hacen responden un mensaje de WhatsApp.
El desafío está en captar esa atención, cada vez más dispersa, de quienes consideramos como nuestra audiencia.Para ello, debemos intentar ser excelentes en lo que hacemos, cuidando hasta el último detalle de nuestra estrategia y asegurándonos de ser lo más innovadores y creativos posibles.
¿Y porque lo hacemos? Porque queremos generar experiencias más personales y únicas, que estén pendientes de nuestra próxima acción y finamente generar ese engagement o involucramiento, que permita la interacción, que nos elijan y que nos recomienden.
Si bien muchas marcas hoy no aplican o desconocen este concepto, quienes sí lo hacen aseguran que los resultados son altamente beneficiosos y se ve reflejado en las ventas.
Es fundamental invertir tiempo para planificar distintas maneras en que las personas pueden interactuar con la marca para que se sientan parte y se enamoren de lo que hacemos.La clave no es trabajar sobre una necesidad ya existente sino de despertar una necesidad ignorada o desconocida.
El marketing ya no se trata de lo que vendemos, se trata de las historias que contamos al respecto. Está en cada uno de nosotros la forma en que vamos a aplicarlo.
Personal, la empresa de telefonía celular, con su lema “Hagamos que todo suceda” ha sabido aprovecharlo muy bien ensu spot publicitario en el que un nieto, con su celular, hace que su abuelo reviva su infancia en un pueblito de Italia (San Gimignano) gracias a un recorrido en Google Street view.
La tecnología nos acerca a experiencias nunca antes vistas y despierta en nosotros sensaciones que hoy nos acercan a las marcas.
Lo importante es transmitir el contenido en distintos formatos, imágenes o videos, que permitan emocionar al usuario, crear confianza en lo que hacemos y que nos permita conectar con ellos.
Internet está saturado y la gente lee cada vez menos, su tiempo de distracción es cada vez mayor y el desafío es lograr contenido de calidad que active todos los sentidos.