Durante los días 1 y 2 de noviembre, en la ciudad de Córdoba y en el marco de los festejos por el 30° Aniversario de su nacimiento y el 100° Aniversario de la Reforma Universitaria, se desarrolló la 64° Reunión y Asamblea Plenaria del Consejo Federal de Decanos de Facultades de Ingeniería (CONFEDI).
Decanos, vice decanos y secretarios académicos se reunieron para debatir y definir propuestas en torno a las temáticas propias de la Ingeniería en todas sus especialidades; entre otras aristas, sobre la enseñanza, la ciencia y tecnología, industria y extensión, desarrollo tecnológico social, innovación, vinculación entre la universidad y la industria, estándares de calidad académica, postgrados, etc.
En esta oportunidad en particular, se realizó la evaluación preliminar del Programa de Formación de Docentes de Ingeniería para el desarrollo de competencias; una iniciativa organizada por CONFEDI con el apoyo de la Secretaría de Políticas Universitarias, que este año permitió la formación de 300 docentes de casi 100 unidades académicas de todo el país. Además, se realizaron paneles, charlas y mesas redondas que incluyeron, entre otros temas, a los relativos a la mujer en la Ingeniería y la relación entre estado, empresa y universidad. Asimismo, se llevó adelante el lanzamiento de una nueva convocatoria dirigida a docentes universitarios, la visita a museos y laboratorios, y la asunción de las nuevas autoridades de CONFEDI que presidirán el período 2019. El Ing. Pablo Recabarren, decano de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba, asumió como el nuevo Presidente del CONFEDI, dando cierre al ciclo liderado por el Ing. Roberto Giordano Lerena, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad FASTA. Al respecto, el decano de FIUFASTA brindó una entrevista en la que plasmó las principales conclusiones de un arduo año de trabajo y crecimiento.
Termina su presidencia en el Consejo Federal de Decanos de Ingeniería de la República Argentina (CONFEDI). Un año de mucho trabajo y grandes logros. ¿Cuál es la primera reflexión que surge?
Lo primero que quiero decir, a modo de balance personal, es que he disfrutado mucho del trabajo en la presidencia del CONFEDI.
La segunda reflexión tiene que ver, fundamentalmente, con un profundo sentimiento de agradecimiento. Tuve grandes compañeros en esta campaña, como Marité Garibay en la vicepresidencia (decana de la Facultad de Ingeniería – UN Rosario) y Pablo Recabarren en la Secretaría General (decano Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales – UN Córdoba), y la apoyatura permanente de la Secretaría Ejecutiva y de todo el Comité
Ejecutivo. A su vez, conté con grandes aliados claves en mi facultad. Sólo con el apoyo de un gran gran equipo, un decano del interior puede llevar adelante este tipo de aventuras. Muy en particular, una excelente y comprometida vicedecana (Sandra Cirimelo) que supo ser decana una y mil veces, prevista e imprevistamente, y una adjunta en la cátedra (Ana Di Iorio) que hizo lo propio en el dictado de la asignatura. En ellas, mi agradecimiento a todo el equipo de la Facultad que hizo posible mi gestión en CONFEDI sin resentir en nada la facultad. El respaldo del rector de UFASTA, Juan Carlos Mena, desde el primer día, fue incondicional, y eso es muy importante en estas actividades. Y, obviamente, una familia con mucha paciencia y comprensión que acompañó desde el corazón tanto trabajo y dedicación. Si la gestión fue tan buena como dicen, es gracias a todos ellos, que a veces desde el anonimato son los que hacen posibles las cosas, y la gente cree que es uno solo el que las hace.
También quiero reconocer a los decanos de Mar del Plata en CONFEDI: Guillermo Lombera (Facultad de Ingeniería – UNMDP) y Liliana Rathmann (Facultad de Ingeniería – UAA), amigos y comprometidos miembros del Comité Ejecutivo del Consejo que siempre estuvieron trabajando codo a codo, como lo hacemos habitualmente en la ciudad.
Como digo, fue una muy linda experiencia de trabajo, más aún en estos tiempos complejos que nos toca vivir.
¿Qué significa esto de “tiempos complejos” ?
En esta Argentina de la grieta, de las mil grietas, de las crisis periódicas, del Boca-River, de la inestabilidad y la incertidumbre, de la toma de universidades, de reclamos y piquetes, de recortes y ajustes, en tiempos de tantas divisiones e intolerancia, épocas difíciles, en definitiva, tanto para el país como para nuestras universidades, CONFEDI se destaca por su clima de trabajo y su producción. Mientras todo eso pasa en la Argentina, nosotros recordaremos este 2018 como el año del Libro Rojo de propuesta de estándares de segunda generación para las carreras de ingeniería, redactado con la participación de más de 700 docentes y directivos de las 117 facultades de ingeniería del país, que fue aprobado en forma unánime por el plenario de decanos. En ese marco, se resolvieron conflictos históricos como el de Civil-Agrimensura y se compatibilizaron, por primera vez, los estándares de carreras de informática con la Red de Universidades con Carreras en Informática (Red UNCI). Sin dudas, el Libro Rojo es un punto de inflexión en lo que hace a las políticas y mecanismos del aseguramiento de la calidad, generando un marco de referencia que propicia la innovación y promueve que las facultades honren la autonomía universitaria definiendo el alcance de sus carreras. Esto constituye la oportunidad de mejora más importante de los últimos años en Argentina en tanto, asegura la calidad, poniendo el foco en el estudiante y en el desarrollo de competencias (saber hacer) como punto de llegada.
Y como en este nuevo marco el eje es el estudiante, debemos “meternos en el aula” y repensar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por eso, llevamos adelante en este 2018, con financiamiento parcial de la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), el programa de capacitación a docentes más importante de los 30 años de CONFEDI. Prácticamente 300 docentes de casi 100 facultades de todo el país se capacitaron para llevar adelante estos cambios paradigmáticos en sus respectivas unidades académicas. Este programa contribuye a que el marco conceptual y normativo previsto en el Libro Rojo lleguen a cada facultad, a cada aula y a cada estudiante de ingeniería en Argentina. Es un hito sin precedentes en los 30 años de CONFEDI.
Además, hemos tenido una activa participación en todos los foros nacionales e internacionales de la ingeniería, siempre haciendo aportes de valor. Y hemos editado un excelente libro este año sobre “Aseguramiento de la calidad y mejora de la educación en ingeniería: experiencias en América Latina” en forma conjunta con nuestra asociación colega de Colombia, ACOFI. A su vez, en breve estaremos lanzando otros dos: “El Enfoque por Competencias en la Ciencias Básicas: Casos y ejemplos en Educación en Ingeniería”, que contribuye a fortalecer a las unidades académicas en el proceso de implementación de los nuevos paradigmas previstos en el Libro Rojo, y “Matilda y las mujeres en ingeniería en América Latina”, que será editado en forma conjunta con el Consorcio de Instituciones de Ingeniería de América Latina y el Caribe (LACCEI), para dar visibilidad y promover la ingeniería entre las jóvenes y adolescentes. En la misma línea, hemos creado una comisión permanente de Mujer en Ingeniería en CONFEDI. También estamos colaborando con el Libro de la Asociación Iberoamericana de Enseñanza de la Ingeniería (ASIBEI) sobre Perfil de Ingreso y Egreso del Ingeniero Iberoamericano, que se piensa editar a principios de 2019, y en el Libro de Reconocimiento de Trayectos Formativos de la SPU.
Sumando al trabajo destacado, organizamos una nueva edición del Congreso Argentino de Enseñanza de la Ingeniería y del Congreso Argentino de Ingeniería, y editamos dos números de la Revista Argentina de Ingeniería.
Un año increíble. Se nota que hay buen clima y gran potencial de trabajo en CONFEDI. El balance, entonces, es muy bueno…
¡Así es! Fue un año muy bueno. Además, fue justo el año de los festejos del 30 aniversario de CONFEDI, los 100 años de la Reforma y el año de la Conferencia Regional de la UNESCO.
Fue un año sin descanso, pero gratificante en términos de logros institucionales. ¡Habrá una ingeniería antes y otra después del Libro Rojo!
Dejo la presidencia con la satisfacción de haber hecho todo lo posible y con la convicción de que quienes me suceden retomarán y concluirán las tareas pendientes.
CONFEDI es una institución que ha sobrevivido sin fisuras ni conflictos en los últimos 30 años en nuestro país, siempre avanzando y honrando su misión. Con sentido crítico, espíritu inclusivo y ánimo constructivo, es un lugar donde todos somos iguales: tanto decanos como facultades; todos tenemos el mismo derecho y el mismo valor en la palabra. CONFEDI es un espacio de consenso, de cohesión, de fortaleza, de respeto, y de amistad y
confianza personal que motiva e impregna las relaciones entre las facultades.
Hay amor por la educación y pasión por la ingeniería. Tenemos valores y principios. Esto siempre -pero más aún en estos tiempos- es un capital institucional incalculable. Eso marca una impronta de CONFEDI y anima al desafío de trabajar incansablemente por el bien de la ingeniería argentina. Ese sentido de misión institucional y trabajo es clave y entonces uno disfruta cuando ve que las metas se cumplen.
Ahora a descansar…
Trataremos… Por lo pronto, seguiré en el Comité Ejecutivo de CONFEDI como “past president”, colaborando con el nuevo presidente y su equipo, pero sin tantas obligaciones. Seguiré trabajando en la Comisión de Nuevos Estándares y participando de algunos foros internacionales como la Asociación Iberoamericana de Enseñanza de la Ingeniería (ASIBEI) y el Consejo Global de Decanos de Ingeniería (GEDC), donde soy miembro de ambos Comités Ejecutivos. Además, tenemos en la facultad una serie de desafíos que nos esperan…