En el marco de las actividades en adhesión de los 10 años del Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Tecnología en Informática Forense de la Facultad de Ingeniería de la Universidad FASTA (InFo-Lab), la Universidad FASTA recibió la visita de Alexis Brignoni, perito digital forense, y quien ha estado sirviendo en el área de Orlando, Florida, como agente especial del FBI durante los últimos 15 años. Alexis visitó la universidad y el InFo-Lab para desarrollar jornadas de capacitación e intercambio.
Nacido en San Juan, Puerto Rico, Alexis tiene un bachillerato en Ciencias de la Computación y una Maestría (MBA) en Sistemas de Información. En su labor actual como examinador digital forense, Alexis ha trabajado como agente investigador en crímenes cibernéticos, fraude, intrusión maliciosa de redes informáticas, robo de propiedad intelectual, abuso de menores en Internet y casos de seguridad nacional. Además, posee varias certificaciones de pericia digital informática forense, con especialidad en dispositivos móviles como teléfonos celulares y vehículos de motor.
Gracias a un trabajo conjunto desarrollado por la Facultad de Ingeniería de la Universidad FASTA y el InFo-Lab, con el apoyo del Ministerio Publico Fiscal de la Provincia de Buenos Aires, el agente viajó a la Argentina para participar de varias actividades durante las últimas semanas, tanto en la ciudad de Buenos Aires como en Mar del Plata.
¿Cómo fue tu camino desde la carrera que elegiste estudiar hasta llegar al FBI?
Originalmente empecé estudiando otras carreras que no eran en computadoras. Estudié por un tiempo en un seminario, estudiando religión, luego estudié educación, manejo de empresas, diferentes cosas. Me encontré con la programación de casualidad. Un amigo estaba trabajando con unas pantallas de LCD y yo me preguntaba cómo se ponía texto en esas pantallas. Me enseñó que era con código y de eso me enamoré. Así que gracias a eso encontré el campo y, dentro de ese trabajo técnico en computadoras, me dirigí al FBI.
¿Cuándo aplicaste al FBI?
En el 2007. Yo tengo mi grado de universidad en programación y en esas computadoras. Y por aquella época, el FBI estaba buscando agentes que cumplieran con una o más de las siguientes características: que fueran contadores, abogados, que tuvieran experiencia policial previa, experiencia militar previa; que hablaran en un idioma que fuera de interés para el FBI (como árabe, chino, ruso, español); o que supieran de computadoras.
Ese año, los sistemas de computación estaban despuntando como una fuente de información investigativa. Así que, siendo que cumplía con varios de esos requisitos, decidí aplicar. Ingreso al sitio web correspondiente y veo que hay entradas para agentes especiales que tengan un trasfondo en seguridad, ciberseguridad, seguridad de la información o en computadoras.
¿Cómo es el proceso de ingreso?
El proceso de ingreso al FBI dura dos años. Originalmente, soy de San Juan, Puerto Rico. Solo había ido a Estados Unidos una vez, a Disney cuando era adolescente. Nunca había vivido fuera de Puerto Rico y el inglés que hablo lo aprendí viendo Plaza Sésamo.
Los requerimientos para ser agente incluyen ser un ciudadano norteamericano, tener un récord criminal limpio, no haber usado drogas de ningún tipo y cumplir con unas capacidades físicas. En el momento que apliqué, no las tenía, pero me forcé a adquirir esas capacidades físicas. Había que hacer abdominales, correr 300 metros, hacer fuerza de brazo y correr una milla y media. Entreno, cumplo con los los requerimientos físicos y entro al FBI.
La academia del FBI está dentro de una base militar. Es una mezcla de una universidad con aspecto académico e intelectual y mucha disciplina, orden y ejercicio físico. Aprendemos a disparar, defensas tácticas, hacer arrestos, investigaciones, manejar secretos de la nación, atrapar espías y evitar que información sensitiva salga de las costas de nuestra nación.
El curso dura varios meses. Llegué cerca de agosto y terminé en diciembre. Vi nieve por primera vez en mi vida en la academia, ya que en Puerto Rico no cae nieve. Parte de la experiencia es aprender a hacer entrevistas e interrogatorios. El FBI no tiene uniforme ni carro de patrulla como la policía. El uniforme regular es un traje con corbata. Ya como perito, no uso corbata, estoy vestido como cualquier otro porque trabajo en un laboratorio y tengo mi placa. Y, para mi, mi placa vale mucho, no por su valor metálico, sino por el esfuerzo y lo que significa para mí, una carrera de casi 20 años de servicio público que me llena de mucho placer y alegría.
Una vez graduado, te dicen a dónde irás. Cuando uno se hace agente del FBI te pueden enviar a cualquier parte de los Estados Unidos. Yo sólo sabía dos cosas: que quería ir a un sitio cálido y que no quería ir al frío. Puse Maryland, Miami y la división de Tampa, que cubre el centro de Florida e incluye la ciudad de Orlando. Me toca abrir el papelito y dice Tampa. Entonces, tomo un alfiler y pongo mi cara en el mapa.
¿Qué aspectos de tu trabajo encontrás hoy más desafiantes y cuáles más gratificantes?
Desafiantes son la cantidad de evidencia digital que crece exponencialmente. Es un reto discernir cuál es la evidencia pertinente, porque la justicia tardía es justicia denegada. Otro reto es el acceso a la evidencia, especialmente cuando está cifrada. Lo más gratificante es poder traer justicia, ser la voz de aquellos que ya no tienen voz y expresar la necesidad de justicia de los que ya no pueden.
Hoy en día, ¿hay algún crimen que no tenga algún rastro digital?
Es inevitable. Piensa en cualquier tipo de crimen, siempre va a haber un teléfono, una computadora, una onda de radio, video de vigilancia o alguna cámara en el área que tenga que ver con la investigación. El peritaje digital forense es esencial porque resuelve y previene crímenes.
¿Hay algún caso más relevante que nos puedas contar acerca de tu experiencia ayudando a gente desde la informática forense?
Hace varios años atrás hubo un ataque terrorista en la ciudad de Orlando en un club nocturno llamado el “Pulse” o pulso en español, esa noche un terrorista de ideología radical ultimó a 49 víctimas y en ese intercambio allí con los oficiales pues el terrorista muere. Fue mi trabajo en ese momento hacer la pericia digital para asegurarnos de que no habían otros ataques que fueran a venir y asegurarnos que podemos visualizar y continuar aprendiendo de estas cosas para evitarlas en el futuro, así que la pericia forense se envuelve en todo tipo de casos que sea de importancia de seguridad nacional e internacional.
¿Cómo surgió tu oportunidad de llegar a la universidad FASTA?
Fue en los medios sociales. Manejo un proyecto de herramientas de peritaje forense gratuitas de fuente abierta. El Ing. Bruno Constanzo, Director del InFo-Lab, se acercó y tuvimos una conversación sobre cómo podía aportar. De inmediato supe que era una persona de suma inteligencia y compromiso. Esto me llevó a Argentina, a conocer el InFo-Lab, la Universidad FASTA, e interactuar con los docentes y estudiantes. Ha sido la experiencia de mi vida.
¿Qué opinión te merece el rol y la función del InFo-Lab y su contribución al campo de la investigación?
El InFo-Lab está proyectando el conocimiento digital de Argentina al mundo. Es un gran vehículo para el bienestar social y mundial, beneficiando no solo al país, sino también a otros, como yo, que nos beneficiamos del trabajo que se hace aquí.
¿Cómo viviste la experiencia de trabajar y colaborar por una semana en un entorno completamente distinto al tuyo?
Fue enriquecedor. El lenguaje de la pericia digital trasciende cualquier línea de país. Me enriquecí mucho de la experiencia, aprendiendo sobre las mejores prácticas y técnicas utilizadas aquí, y espero que continuemos trabajando juntos en el futuro.
¿Qué habilidades y cualidades son esenciales para trabajar fructíferamente en tu campo?
Hay que ser detallista, paciente y dedicado. Es como hacer un pozo, necesitas seguir excavando hasta encontrar agua. En la pericia digital forense, es importante absorber el contorno de la evidencia y dar tiempo para que el cerebro una los diferentes puntos.
¿Cómo ves a futuro la relación y el crecimiento en contacto con la Universidad FASTA y el InFo-Lab?
Veo una relación más extensa con los desarrolladores de aquí, exponiendo el conocimiento al mundo a través de herramientas de fuente abierta, ponencias y documentos de investigación. También espero que la universidad continúe desarrollando expertos en pericia para la región, formando nuevas generaciones que puedan tomar nuestro lugar en el futuro.
Por último, ¿Qué te pareció la ciudad de Mar del Plata?
Me quiero quedar o más bien, me la quiero llevar conmigo. Es hermosa, me recuerda a Puerto Rico, con su costa, playa y pescadores. Ha sido una experiencia maravillosa. Y quiero más medialunas, por favor.