La sede Tandil de la Universidad FASTA cumple 20 años de presencia en la ciudad, y el rector, Juan Carlos Mena, compartió recuerdos sobre el origen y desarrollo de este proyecto. Todo comenzó con un convenio con el Centro de Martilleros de Tandil para ofrecer la carrera de Martillero y Corredor Público, un acuerdo que permitió a la universidad ingresar a la ciudad y empezar a visualizar su potencial.
«En un corto plazo, descubrimos que Tandil tenía un fuerte potencial para la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Realizamos un estudio que nos llevó a abrir la carrera de Abogacía en la ciudad», recordó Mena. Los primeros años implicaron un desafío logístico: la transferencia frecuente de docentes y viajes permanentes para dictar las materias. Sin embargo, la comunidad se mostró entusiasta, lo que facilitó la expansión de la universidad.
La carrera de Martillero se dictó inicialmente en el Centro de Martilleros, pero luego las actividades se trasladaron al Colegio San José, donde se abrió Abogacía. Mena destacó la calidad de los recursos docentes que se sumaron desde Tandil, lo que permitió a la universidad montar ambas carreras de manera integral.
En cuanto a la evolución de la Universidad en Tandil en estos 20 años, el rector señaló que «es un proyecto muy consolidado». La acreditación de la carrera de Abogacía fue un hito que demostró la vigencia del programa académico en la ciudad. Además, destacó el crecimiento de la investigación y extensión en la sede, que se ha desarrollado de manera conjunta con el equipo de Mar del Plata.
Mena también hizo hincapié en la importancia de la colaboración entre la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales y el resto de la universidad para llevar adelante este proyecto. «Toda la universidad estuvo involucrada, no solo la facultad. La estructura de gestión centralizada permitió superar los desafíos que representaba la apertura de la sede», explicó.
Sobre por qué Tandil fue elegida como una sede de la Universidad FASTA, Mena indicó que se trató de una ciudad que ofrecía una necesidad insatisfecha en cuanto a estudios superiores. «Tandil tiene una universidad muy importante, la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires, pero había un vacío en la oferta de Abogacía que la comunidad local quería llenar», afirmó. La invitación a la universidad fue vista como una oportunidad para fortalecer su presencia en la ciudad, en lo que Mena definió como «una invitación providencial».
En su rol como profesor de Derecho Romano, Mena compartió su satisfacción personal al participar en la formación de generaciones de profesionales que hoy se desempeñan como docentes y colaboradores en la sede. «Es una experiencia profundamente grata ver a los graduados transformarse en docentes y seguir acompañando la vida académica de la sede», destacó.
Finalmente, mirando hacia el futuro, Mena subrayó la importancia de consolidar el trabajo realizado. «Estamos en una época de defensa y sostenimiento firme de este proyecto, que responde a una necesidad específica de la ciudad de Tandil. Aunque en el futuro quizás se puedan abrir nuevas disciplinas, por ahora la prioridad es mantener y fortalecer lo que hemos construido», concluyó.