El verano trae consigo días más largos, temperaturas elevadas y cambios en el ritmo de vida, factores que hacen esencial ajustar nuestra alimentación para mantenernos saludables y llenos de energía. La Licenciada en Nutrición Agustina Cueli, graduada de la Universidad Fasta, comparte sus recomendaciones para disfrutar de esta temporada sin descuidar nuestra salud.
La especialista subraya que “es fundamental priorizar alimentos frescos y ricos en agua, como frutas y verduras, para garantizar una adecuada hidratación y aportar vitaminas esenciales”. Además, mantener las cuatro comidas diarias con horarios regulares ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en sangre y evitar la fatiga. También destaca la importancia de consumir al menos dos litros de agua por día para contrarrestar las pérdidas de líquidos por el calor.
En cuanto a los alimentos ideales para esta época del año, Cueli recomienda las frutas de temporada, como sandía, melón, duraznos y cítricos, porque “son perfectas para hidratarse y obtener energía inmediata”. Las verduras frescas también son una excelente opción, ya que son ricas en agua y nutrientes esenciales, ideales para ensaladas y guarniciones. Las legumbres pueden integrarse en ensaladas como una forma creativa de incorporar proteínas vegetales, mientras que los frutos secos y las semillas brindan energía en pequeñas porciones y son fáciles de llevar a cualquier actividad. Por último, los cereales integrales, como el arroz o el pan integral, ayudan a mantener una energía sostenida durante el día.
Para quienes buscan ideas prácticas y frescas, la Licenciada sugiere ensaladas con verduras, frutas y proteínas como pollo, huevo o legumbres. Los wraps de vegetales y proteínas, así como los sándwiches integrales con vegetales frescos y fuentes de proteínas magras, también son excelentes opciones.
Si se trata de snacks saludables para llevar a la playa o a actividades al aire libre, las frutas frescas cortadas, los palitos de zanahoria o pepino con hummus y el yogur natural con frutas o granola destacan por su practicidad y valor nutricional. Los frutos secos y las semillas también son recomendados por su facilidad de transporte y su capacidad de aportar energía.
El verano también es una excelente oportunidad para incorporar hábitos sostenibles a lo largo del año. Hidratarse de manera constante no solo en épocas de calor, sino también en las estaciones más frías, y aumentar el consumo de frutas y verduras son dos prácticas que deberían formar parte de la rutina diaria. Asimismo, realizar actividad física, como caminar o nadar, y mantener una alimentación consciente prestando atención a las señales de saciedad son claves para una vida saludable.
Finalmente, la nutricionista hace hincapié en el cuidado de los alimentos durante la temporada de calor, ya que el aumento de la temperatura incrementa el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos. “Es esencial evitar romper la cadena de frío y asegurarnos de consumir alimentos listos rápidamente, sin dejarlos más de una hora fuera de la heladera”, destaca. Además, sugiere lavar cuidadosamente las frutas y verduras, utilizar agua potable para su preparación y transporte, y ser especialmente cuidadosos al almacenar carnes, pescados y lácteos.