Este año, en razón de la instalación de la pandemia, las Prácticas Profesionales y rotaciones presenciales de todos los estudiantes de carreras afines a la salud, se vieron suspendidas.
Sin embargo, desde la Facultad de Ciencias Médicas se hicieron los esfuerzos necesarios para que los estudiantes puedan realizarlas. Las alumnas de medicina, Micaela Redivo y Agostina Di Geronimo, se encuentran desde el mes de septiembre realizando las Prácticas Profesionales Obligatorias (PFO) en el centro de salud APAND, con el objetivo de realizar un fuerte trabajo de prevención, seguimiento y detección del COVID-19.
En relación a este trabajo que se encuentran realizando, Micaela Redivo comentó que: “Dentro de las actividades presenciales, la rotación en Atención Primaria de la Salud, nos reencuentra con las prácticas que se llevan a cabo en salitas y centros COVID, dónde realizamos diferentes actividades según el centro. En su gran mayoría, atención en el área de clínica médica, que funcionan como consultorio en demanda espontánea, hisopados de pacientes con sospecha de enfermedad por COVID y demás. Por otro lado, realizamos llamados a pacientes con criterio de laboratorio o epidemiológico de COVID -19. Dichos llamados, tienen como objetivo realizar un seguimiento de los pacientes y de sus familiares, además de generar una búsqueda de los llamados contactos estrechos”.
La estudiante destaca que la actividad que están realizando en el centro APAND es muy enriquecedora: “nos da la oportunidad de reencontrarnos con la medicina y de poder colaborar en tiempos de pandemia. Además, considero que como futuros profesionales de la salud, no podíamos quedarnos exentos de esta experiencia única, y aún más de no tener la posibilidad de colaborar con un sistema que se ve tan vulnerado”.
En este sentido, la alumna Agostina Di Geronimo D´Onofrio, también se encuentra junto a Micaela realizando la rotación de Atención Primaria de la Salud en el centro de salud APAND. “La verdad es que la experiencia es buena pero bastante ajena a lo que estábamos acostumbrados, es una realidad un poco abrumadora por momentos y distinta, a la cual hay que adaptarse” agregó la estudiante de 23 años.
Agostina sabe que trabajar como profesional de la salud en una pandemia es algo diferente respecto a lo que conocía. “Cambia desde la forma en que estamos vestidos, porque desde ya que es raro verse con todo un equipo de protección encima, hasta cómo nos relacionamos con los pacientes. Hoy es realmente impensado saludar a los pacientes con la mano o mismo con un beso” explicó.
Al hablar sobre el aporte de la Universidad en su formación profesional, ambas destacaron la posibilidad de tener contacto con pacientes desde el primer año donde empiezan a asistir a los centros de salud primaria: “allí es donde uno verdaderamente descubre que muchas veces los problemas de salud no pasan por dolencias físicas, sino que hay muchas cuestiones sociales que hacen a la “salud” de la gente” afirmó.
Otro aspecto valioso que ambas resaltaron de la Universidad es la disponibilidad de elementos para realizar prácticas en la Facultad. “Tanto la morgue, como la sala de microscopios, así también los simuladores, son elementos que nos permiten adquirir una formación más completa” concluyeron las alumnas.